Si quieres mejorar tus resultados déjalo ir ahora mismo…

Estaba conversando con un colega que me compartía parte de su estrategia comercial para este año 2024.

Ha tomado una gran decisión, repleta de coraje que pocos hacen. Soltar el trabajo actual para lanzarse a un proyecto personal. ¡Todos mis respetos!

Justo el proyecto que está iniciando es algo en lo que tengo negocios hace más de una década y conozco bien. Así que iniciamos una conversación.

Muy generosamente me compartió su plan, lo que busca y cómo se imagina que podría conseguirlo en esta primera etapa. Y así comenzamos una conversación en la que le hice algunas preguntas para saber cómo podía darle una mano.

Al poco andar me di cuenta de que no podría y te quiero contar por qué para que a ti no te pase que tienes una oportunidad frente a ti y no la ves.

Estuve cerca de 20 minutos señalando que habían 2 o 3 oportunidades en el mercado B2B de su proyecto donde sé que hay oportunidad de vender algo de valor y que pueda obtener buenos beneficios.

Cada vez que lo decía esperaba que me preguntara más o saber si tenía también una visión de ello, pero solo me comentaba su plan original.

Finalmente, lo felicité y le deseé todo el éxito, que seguramente lo tendrá, no me cabe duda su tenacidad y capacidades. Sin embargo, le tomará más tiempo calibrar su proyecto que el que le tomaría teniendo conversaciones con gente de la industria en la que está entrando.

Las oportunidades están en todas partes, pero se reservan solo para aquellos que las ven, las quieren y trabajan para desarrollarlas adecuadamente.

Todo esto me hace querer compartirles 3 lecciones que les pueden ayudar si quieren aprender a soltar su salvavidas de plomo para poder ir por nuevas y mejores oportunidades.

1. Ten un plan, pero sé muy flexible

Así como tener una meta clara es muy importante, tener un plan para llegar a esas metas también lo es. Te dará un orden en tu implementación y con ello te permitirá avanzar e ir quemando etapas más claramente.

Pero recuerda que el plan es un instrumento para llegar a tu meta, no es tu meta, así que el plan lo puedes desechar todas las veces que sea necesario.

La meta es “fija” pero la manera de llegar debe ser flexible. Así que revisa, aprende y ábrete a otras maneras de hacer las cosas.

Conversa con personas diversas y con resultados en sus áreas de conocimiento y acción. Imita a los que ya saben lograr resultados, no para hacerlo igual que ellos, sino para tomar ideas que enriquezcan tu enfoque.

2. Tú debes saber en qué eres bueno o potencialmente excepcional, no tu cliente

Tus potenciales clientes te podrán contar sobre los problemas que tienen y las cosas que andan buscando en el mercado, y esas conversaciones serán esenciales para calibrar tu oferta y ofrecer algo que haga real sentido.

Pero no puede ser tu cliente el que determine en qué eres bueno o puedes llegar a ser potencialmente excepcional. Eso lo tienes que saber y definir tú.

Si aún no lo sabes, entonces quizás es un buen momento de hacer un FODA personal, conversar con quienes hayas trabajado antes y definir no solamente en qué eres bueno hoy, sino también en qué quieres convertirte y trabajar por ello.

Si sabes en qué eres o quieres ser excepcionalmente bueno, entonces será más fácil comprender cómo y a quiénes puedes ayudar a lograr los resultados que anhelan.

3. Prospecta con una promesa clara

Podrás cambiar tu oferta de valor un montón de veces, todas las que sea necesario, pero cuando llegues a conversar con un potencial cliente, por favor, lleva una propuesta clara de cómo le puedes ayudar.

Puede que te equivoques y la otra persona no requiera de tus servicios, pero ahí pedirás feedback y estarás (eso espero) abierto a escuchar y aprender.

Pero cuando la oferta no es clara el cliente no sabe ni de qué hablarte, genera incomodidad y puede que nunca más te reciban, así que cuida eso para ir siempre dejando puertas abiertas, nunca sabes cuando tendrás que volver a atravesar por ellas.

Espero que estos tres aprendizajes te ayuden a lograr tus objetivos y los apliques de forma clara y práctica en tus desafíos.

Un fuerte abrazo,

Isaías Sharon

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