Repite, repite, repite, y luego… sigue una vez más

Estoy de vacaciones en Cancún-México, y por esas cosas de la vida, me encontré con un matrimonio de mi país (Chile) en el Hotel donde nos quedábamos.

Me considero alguien bien sociable, sin embargo, con el tiempo, también he desarrollado mi lado más solitario (que también disfruto mucho). Con esta pareja se dio una fluida conversación en diferentes dimensiones con el pasar de los días.

Ahí fue cuando en una de nuestras tantas conversaciones, hablábamos de la importancia de la práctica y repetición, y donde más tarde, al llegar a la habitación me apresté a escribir estas líneas, de un tema que aprendí e internalice hace algún tiempo, y que me apasiona: La construcción de hábitos, a través de la práctica/repetición.

Me he hecho fan de la neurociencia, ya que el respaldo científico, no da lugar a interpretaciones personales. Dicho esto, y sin querer adentrarme en la profundidad de la neurociencia, creo importante aportar una explicación acerca de como funciona nuestro cerebro, con respecto a la práctica/repetición:

“Lo que ocurre a nivel neurológico cuando repetimos o practicamos de forma constante, es que construimos conexiones neuronales permanentes y duraderas”

El mejor ejemplo que se me viene a la cabeza en este momento es cuando aprendimos andar en bicicleta, lo que aprendimos en ese instante con papá/mamá/abuelos/hermanos, no se olvidó nunca más, y puede que dejes de andar por mucho tiempo, pero cuando vuelves a experimentar el momento de subirte nuevamente, tu cerebro da la instrucción precisa para recordarte como tenias que pedalear y echarte a correr!

No tengo dudas, de que ninguno de nosotros queríamos caernos una y mil veces, pero, así y todo, aguantábamos estoicos, y volvíamos arriba; tampoco queríamos sentir el miedo de no saber como frenar ese “enorme” medio de transporte, sin embargo, intentábamos demostrar hacia fuera que no había miedo y que había algo más grande, que definitivamente, era más importante, pertenecer al grupo de los que andaban en Bici, de los que habían vencido el miedo y de los que podían ir a jugar a la plaza más lejana.

¡Qué paso entre ese niño o niña que aprendió a andar en bicicleta y la persona que eres hoy, no mucho creo que yo en esencia, más bien, creo que a veces con el pasar el tiempo no tenemos tan claro, que cosas valen tanto la pena para aguantar las caídas en bicicleta (frustraciones), sentir ese miedo al ridículo, y seguir adelante!

¿Si o No?

Volviendo con mis amigos de mis vacaciones, hubo una historia que fue la que me prendió la luz para escribir sobre este tema. Sergio mi amigo, con un cargo importante en empresas de servicios intangibles, me contaba iluminado acerca de su pasión por la guitarra, y su práctica diaria en el perfeccionamiento de la técnica. Cuando estaba en medio de su relato, me pregunto: ¿Conoces a Joe Satriani?, mmm me suena respondí, sin saber realmente quien era.

Sergio al ver mi cara de incerteza, prosiguió, Joe Satriani es uno de los guitarristas más famosos del mundo y sus shows son reconocidos mundialmente por su perfección. En alguna oportunidad le preguntaron cómo era posible que su show fuera tan perfecto, a lo que Joe respondió: Lo que sucede, es que 6 meses antes de presentar mi show practico 4 veces el show en la mañana y 4 veces el show en la tarde, todos los días, durante esos 180 días.

Resultado… ¡un show perfecto!

Así como esta historia notable, existen varias que escuchamos y conocemos como deportistas de elite (Marcelo Salas- Futbolista Chileno, Kobe Bryan-Basquetbolista Americano, Michael Phelps-Nadador Americano, Cristiano Ronaldo – Futbolista Portugués, Lionel Messi- Futbolista Argentino, entre muchos más).

Te apuesto…estás pensando y esas personas que tienen que ver con mi realidad de vida, experiencias, o gustos (disculpa que te desafíe…pero en este preciso momento tú cerebro busca excusas para confirmarte que estás bien donde estás y que te quedes tranquilo con lo que estás haciendo hoy).

Pero en esta comunidad de sin miedo al éxito, queremos todo lo contrario, desafiarnos a llevar nuestra vidas y negocios al mejor lugar que quieras llegar, estando absolutamente convencidos de que NO NECESITAS ser Messi, Kobe, Cristiano o Salas, para alcanzar y lograr todo lo que soñaste.

En mi historia personal recuerdo dos momentos claves, donde la práctica y la repetición, hicieron un hábito:

Primero: Cambiar mi rutina de la mañana, pase de levantarme tipo 8.30am (con mucho esfuerzo) y llegar a la oficina cerca de las 10.00am (por suerte podía hacerlo). Hoy me levanto 5.30am, hago algo de deporte, medito, leo y agradezco) y comienzo mi día laboral a las 8.00am.

Segundo: De no leer nada (con suerte el diario del sábado /domingo). Hoy tengo un libro permanente en varios lugares de mi casa y leo (aunque sea 2 páginas) todos los días. Esto me llevo a querer aprender otras cosas y estudiar constantemente.

¡Aprendizajes!

1.-Para comenzar algo no pretendas correr la maratón, inicia con 1 km, luego 5km, luego 10km y así sucesivamente. Roma no se construyó en un día.

2.-Analiza lo que te mueve, te apasiona o te gusta tanto, y porque estarías dispuesta(o) a practicar y repetir una y otra vez. Acuérdate de tu primer día en Bicicleta.

3.-Unete a un equipo, o a alguien que este en tu misma sintonía y te ayude a mejorar. Siempre es mejor estar acompañado.

4.-Sin excusas, busca razones para desarrollar lo que te gusta y donde te sientes tu misma(o). Busca en el interior.

1. Si quieres ser una gran líder, sigue profundizando ahí.

2. Si quieres ser un buen empresario, busca nuevas, más y mejores conocimientos y estrategias.

3. Si quieres ser mejor papá (o mamá), lee más sobre la paternidad y pon en práctica nuevas forms de relacionarte.

¿Es una receta mágica?, como te he conversado, aquí no hay de eso.

Pero, si puedo decirte, con la experiencia que me da el fracaso, y como dice un proverbio: “la práctica y la repetición si hacen al maestro, o por lo menos, hay más chances de acercarse a serlo”

Aristóteles dijo: “Somos lo que hacemos repetidamente. La excelencia entonces no es un acto, es un hábito”

Esperare la invitación de mi amigo Sergio solo para escucharlo tocar y ver como en ese lugar seguramente se siente el mejor, gracias a su disposición de practicar y repetir una y otra vez sus melodías favoritas.

¡Un abrazo!

Rodrigo Cornu C.